viernes, 16 de diciembre de 2016

Ezreal (Mi versión)

EZREAL

Aquí empieza la historia de Ezreal, un chico tan normal como muchos otros, con una vida normal como muchas otras y con una familia como otras tantas. Pero lo que le hacía ser único era su afán por la exploración, su gran capacidad autodidacta sobre descubrimientos de antiguas civilizaciones que le llevó a encontrar un texto donde parecía decir dónde encontrar un milenario artilugio arcano. Ezreal decidido, cogió su mochila de explorador con todos sus cachivaches, sus apuntes y los mapas que necesitaba y se aventuró en la búsqueda de tan interesante objeto. Su viaje por aquellas tierras tan insólitas no fue tarea fácil para el joven explorador fanático, pero su modo de superarse a si mismo dio sus frutos al verse ante las puertas de una gran caverna.
No le resultó gran dificultad mover y abrir la entrada y se encontró con un mapa tallado en la pared de aquel extraño lugar. En unos instantes ya había sacado su lápiz y un papel donde rápidamente plasmó el mapa. Se sentó en el frío suelo y quedándose reflexionando por donde empezaría y que zonas exploraría, le vino a la cabeza lo que le dijo una vez su abuelo: “No siempre el camino más corto te llevará al éxito”. Así que se replanteó su sendero e inquieto pero decidido avanzó por las cámaras de aquella caverna. Encontró más grabados en aquellas paredes de piedra, pero no lograba entender nada ya que era un lenguaje extraño, estaba en arcano, aun así los fotografió pare examinarlos cuando su aventura finalizase. El no lo sabia pero realmente lo que aquellos símbolos expresaban era el uso del artilugio que iba a encontrar.
Avanzando por aquellos inhabitados pasadizos se dio cuenta que en el mapa no estaba dibujado el camino que llevaba a la siguiente sala y se preguntó: “¿Por qué razón no habría nada dibujado? ¿Quizás he llegado al fin de mi exploración? ¿Será allí delante donde encontraré lo que andaba buscando?” Y repitiéndose una y otra vez esas preguntas en su cabeza a la vez que iba avanzando se percató que una fuerte luz se veía reflejada en el agua. Corriendo con todas sus fuerzas, Ezreal, llegó a una fresca sala donde se veía un brillante objeto rodeado de varios centímetros de agua, por lo que no le costó mucho agarrar el brazalete entre sus manos. Se quedó perplejo al ver que estaba hecho de oro a pesar del poco esfuerzo que le resultó alzarlo. Tuvo la tentación de colocárselo pero esperó a llegar a casa.
Al día siguiente era domingo, día de descanso; así que decidió investigar el brazalete y se lo colocó en su brazo izquierdo. Una intensa luz deslumbró a Ezreal y fue transportado a otro mundo, a la Liga de las Leyendas.

Desde ese momento Ezreal nunca volvió a necesitar ningún mapa.

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