EZREAL
Aquí empieza la historia de Ezreal, un
chico tan normal como muchos otros, con una vida normal como muchas
otras y con una familia como otras tantas. Pero lo que le hacía ser
único era su afán por la exploración, su gran capacidad
autodidacta sobre descubrimientos de antiguas civilizaciones que le
llevó a encontrar un texto donde parecía decir dónde encontrar un
milenario artilugio arcano. Ezreal decidido, cogió su mochila de
explorador con todos sus cachivaches, sus apuntes y los mapas que
necesitaba y se aventuró en la búsqueda de tan interesante objeto.
Su viaje por aquellas tierras tan insólitas no fue tarea fácil para
el joven explorador fanático, pero su modo de superarse a si mismo
dio sus frutos al verse ante las puertas de una gran caverna.
No le resultó gran dificultad mover y
abrir la entrada y se encontró con un mapa tallado en la pared de
aquel extraño lugar. En unos instantes ya había sacado su lápiz y
un papel donde rápidamente plasmó el mapa. Se sentó en el frío
suelo y quedándose reflexionando por donde empezaría y que zonas
exploraría, le vino a la cabeza lo que le dijo una vez su abuelo:
“No siempre el camino más corto te llevará al éxito”. Así que
se replanteó su sendero e inquieto pero decidido avanzó por las
cámaras de aquella caverna. Encontró más grabados en aquellas
paredes de piedra, pero no lograba entender nada ya que era un
lenguaje extraño, estaba en arcano, aun así los fotografió pare
examinarlos cuando su aventura finalizase. El no lo sabia pero
realmente lo que aquellos símbolos expresaban era el uso del
artilugio que iba a encontrar.
Avanzando por aquellos inhabitados
pasadizos se dio cuenta que en el mapa no estaba dibujado el camino
que llevaba a la siguiente sala y se preguntó: “¿Por qué razón
no habría nada dibujado? ¿Quizás he llegado al fin de mi
exploración? ¿Será allí delante donde encontraré lo que andaba
buscando?” Y repitiéndose una y otra vez esas preguntas en su
cabeza a la vez que iba avanzando se percató que una fuerte luz se
veía reflejada en el agua. Corriendo con todas sus fuerzas, Ezreal,
llegó a una fresca sala donde se veía un brillante objeto rodeado
de varios centímetros de agua, por lo que no le costó mucho agarrar
el brazalete entre sus manos. Se quedó perplejo al ver que estaba
hecho de oro a pesar del poco esfuerzo que le resultó alzarlo. Tuvo
la tentación de colocárselo pero esperó a llegar a casa.
Al día siguiente era domingo, día de
descanso; así que decidió investigar el brazalete y se lo colocó
en su brazo izquierdo. Una intensa luz deslumbró a Ezreal y fue
transportado a otro mundo, a la Liga de las Leyendas.
Desde ese momento Ezreal nunca volvió
a necesitar ningún mapa.